Presentamos al actor español, co-fundador de Berlín Es Impro, co-creador y co-director de Berlineses y fundador y director de Es Impro Escuela : Gonzalo Piñán.
¿Qué te trae a Berlín? Y, ¿qué te hace quedarte?
Me trae un grupo de música -éramos cuatro músicos y decidimos venir aquí. Fue la propuesta de uno de ellos que dijo: “Vamos a Berlín y vamos a hacer nuestra música allí.” La ciudad en sí me hace quedarme: tengo muchas oportunidades. Aquí encontré mi espacio y me sentí comprendido.
¿Qué diferencia a esta ciudad de otras donde hayas vivido?
Esta ciudad tiene gente muy variada. Últimamente me sucede que la comparo mucho con las películas de Star Wars… como cuando están en un bar y ves a seres de colores, con trompas azules, babosas… aparte de la mezcla de todas las lenguas juntas que, tal vez no se entienden, pero sí que hablan de pronto un poquito y chapurrean… todo eso me atrae muchísimo, toda esa galaxia condensada me da mucho placer.
Si hubiese una palabra para definir el lenguaje común de todas las personas en esta ciudad, ¿cuál sería?
Soufflé, mezcolanza o potaje…
Entonces, llegas como músico pero no es a lo que te dedicas a tiempo completo, ¿o sí?
No, tenía paro. Tenía algo de dinero, que no me dio para mucho. En España tenía trabajos que no me gustaban. Cuando llegué aquí me dije “No me voy a meter en ningún trabajo que no sea lo que yo quiero hacer ahora, porque si lo hago, se me va a ir la cabeza y necesito toda mi energía ahora mismo para hacer lo que exactamente quiero.”
Es decir que, ¿es en Berlín donde te descubres, artísticamente hablando?
Sí, donde me descubro en profundidad, sí. Antes (en España) me gustaba ya la música y la Impro (improvisación teatral), y también había dado clases. Tuve experiencias de teatro pero en la escuela. Eso me sirvió más tarde en mi vida, para darme cuenta de lo que quería hacer.
¿Al cuánto tiempo de estar aquí te decides a dedicarte a la Improvisación?
A los siete meses, u ocho. Fue muy rápido. No quería perder el tiempo dedicándome a otra cosa. Busqué algo más y en lo único que pensé (sin echar CV, porque soy muy malo haciéndolos) fue en ello. Pero eso dije “Bueno, pues voy a hacerlo a mi manera.”, y mi manera fue poner anuncios en Facebook de “Voy a dar (clases de) Impro.”.
¿Fue difícil captar alumnos? ¿Cómo fue el proceso?
Si hubiese sido difícil no lo hubiese hecho. Yo lo puse el anuncio en Facebook, en Españoles en Berlín sobre todo, y fue muy bien recibido. La gente me contactó y el primer día del Workshop ya éramos 15, todos muy alegres.
¿Es la idea del producto “Improvisación”, fácil de vender? Pregunto porque, posiblemente, para muchos que escuchen el término por primera vez, tal vez no les dice mucho.
La idea es que esto es un trabajo en equipo, donde tienes que aceptarte a ti mismo con tus cosas y a tus compañeros. Puedes crear lo que quieras, expandimos juntos la imaginación. Hacer algo juntos, que mole, que sea divertido, ¡eso es increíble!
¿Crees que, para captar alumnos, tal vez haya influido que hayas ofrecido la opción de comedia dentro de tu oferta?
Sí, yo pensaba en la comedia. Soy psicólogo y -en una época de mi vida, cuando hablaba de cosas profundas con la gente- llegó un momento en que todo era muy espeso: el sufrimiento, las cosas duras de la vida, etc. Cuando llegué aquí quería seguir explorando lo deep pero más ligero y para ello el humor era vital: aligerar las penas y hacerlas humor.
¿Algunas vez consideraste actuar en un género que no sea humor?
Sí, creo -y no sé si es verdad o no- que podría hacer cosas dramáticas.
Ahora que lo pienso, hace un par de años creaste “Berlineses” (serie web de cine improvisado), junto a Paula Galimberti y Pedro Deltell. Ahí había comedia pero también drama.
Sí. Digamos que la comedia deforma un poco a la realidad. La exagera. Todos los movimientos de un actor y las intensidades de la emoción tienen un punto más caricaturesco. En la serie tratamos temas dramáticos y Pedro sugirió hacerlo más costumbrista, con elementos más reales. Paula, Pedro y yo decidimos darle el gusto al público, pero también buscando hacerlo reflexionar.
¿Nos explicas el concepto de “Berlineses”, hablando de guión?
Es todo improvisado. Es cine grabado sin un guion (porque no está escrito) pero hay una idea. Esa idea la conocemos más los directores, pero no tanto los actores. A los actores les decimos: “haz lo que sientas.”. Los entrenamos y dirigimos pero, a medida que se va modificando la historia, vamos dirigiendo esa improvisación.
¿Qué puedes decir sobre la diferencia entre grabar una Serie Web improvisada y hacer Impro en un teatro?
Pues, creo que grabar algo improvisado es un proceso pausado, largo, te empiezas a meter en él tras la marcha. La experiencia personal (de grabar) es la calma. Es como masticar cien veces la comida, saborear muy lentamente, mientras que la impro (en teatro) es más… tener sexo pasionalmente. Es aquí, es ahora, es en vivo, es el momento. Estás escuchando al público y a tus compañeros. Si hay un momento de desconfianza es… ¡levántate y sigue para adelante! Es estar en plena batalla humana. No hay tanto compromiso sino con el confiar en que, ahora (en el momento) esto va a funcionar. Es la intuición.
¿Cómo ves la oferta actual de teatro hispanohablante en Berlín?
Creo que, sinceramente, debería haber un lugar más especializado porque cada vez hay más. Hasta que Berlín Es Impro no se creó, no había regularidad de shows en español, pero no he hecho investigación al respecto. Creo que nuestra constancia (tenemos dos o tres funciones al mes) ha hecho que haya regularidad de teatro improvisado y eso es lo que falta: un lugar donde esa regularidad sea normal. Que todo el mundo sepa que pueden ir a un par de espacios donde siempre va a haber algo de calidad, donde pueden asistir a funciones en español.
¿Hace falta oferta, entonces?
Sí, porque está muy dispersa. Todavía no hay un foco.
¿Hay planes de ofrecer Improvisación en otro género, como el dramático, por ejemplo?
Sí. De hecho, con todo el trabajo de Director Artístico que he estado llevando durante estos años, lo primero que pensé es que esta es una disciplina que no todo el mundo conoce. Lo primero que hice fue enseñar la forma más vistosa de la improvisación: los juegos cortos, espontáneos, locos. Siempre he pensado que la evolución debe ser primero dar el mejor plato (humor en este caso) para que la gente se vaya acostumbrando. Ahora están saliendo formatos donde estamos buscando nuevas sensaciones. No sé si el drama absoluto pero -el entrar en cosas más profundas o dramáticas- lo veo posible y, en parte, lo hacemos. Pero me gusta mucho que en una obra haya un poco de todo: que haya comedia, momentos ligeros, dramáticos… algo que te haga llorar… que te haga pensar. Me gusta ver esos colores, porque creo que los humanos somos eso.
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Fotos: © Sergio Falconi-Parker
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